Lauti se despertó antes que yo, pero enseguida lo escuché y me levanté,
aunque hubiera seguido durmiendo, la noche fue agitada y dormí poco; hubo un
griterío en la calle, con alaridos de niños, de adultos e improperios. “Andá a la concha de tu madre”, gritó una
mujer (insulto terriblemente machista) a otra mujer o a un hombre, no sé.
Chusmeé todo lo que pude a través de los visillos pero solamente pude ver un
gurpejo de gente que caminaba hacia arriba, a los gritos, y que salieron de la
casa del viejo rayeti que está con okupas. Los okupas también gritaban.
Fuimos a la piscina del Yacht Club, con Sofi, Lauti, Salva, Candela; Ju
y quien escribe. Los chicos se
divirtieron pila y yo también. Almorzamos en casa papas fritas con huevos (rico
menú infantil), y después fuimos al cine a ver la última peli de Walter
Tournier, una de piratas y Robinson Crusoe, y un capitán malvado. Es divertida
y está muy bien hecha. Finalmente, a eso de las 7:30 vinieron los papás y mamás
a recoger a los niños. Es un buen programa, lo tenemos que seguir haciendo. Una
vez por mes? Cada 2 meses? Cada 3? 4? 6? 12?
De noche fuimos a cenar a la casa de la novia de Caíto, y estaba Rosario
Rubilar, hacía muchos años que no la veía. Y Ricardo Shroeder, hacía también
muchos años que no lo veía, pero no tantoooos.
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