Volvimos a Montevideo, de mañana. En casa estaban Ale y Sofi; llegó
enseguida Teresa, una alemana muy simpática amiga de coachsurfing de Ale; y al
rato Joaquín, el hermano menor de mis hijos.
El arreglo del apartamento quedó para la semana que viene, así que yo,
con poco que hacer en Montevideo.
De tarde fui a caminar.
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