Invité a Mam a almorzar, y de tarde la llevé a dar unas
vueltas, a comprar unas cosas indispensables para su vida: un juego de
cucharones y dos imanes, una para el apartamento y otra para la chacra. Antes de
llegar a casa pasamos por la panadería a comprar bizcochos.
Después pedimos sushi a un restaurante. Estaba rico. Voy a
pedirle a Marcelo que me enseñe a hacer sushi.
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