Me desperté a las 6 y media de la mañana, soñando con la
solución: problema resuelto (en el sueño también resolví cómo encarar la
presentación en PIPA). Qué boluda, cómo
no me di cuenta antes. Me levanté, exporté nuevamente los archivos en otro
formato y arreglé todo. Se lo envié antes del mediodía a Verónica por mail. Te amo Tere, pensé, sin ningún complejo.
De tardecita fui a la inauguración de la exposición de
Colette. Estaba impecable. Volví a casa temprano, estaba cansada.
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