Fuimos a la feria de Tristán Narvaja. Estaba lindo,
un día super soleado, aire fresco, mucha gente, muchas cosas lindas. Encontré un
tintero para el pupitre escolar, un salto de cama vintage, nuevo, de verano,
para sustituir el mío, que desapareció. Me encantó, con florcitas de colores. Setenta
pé. Y un libro que también desapareció. No presto nunca más libros, este año ya
busqué tres libros y no están por ningún lado. Ya repuse uno de Mario Levrero, El discurso vacío; me falta uno de Susan
Sontag, El amante del volcán, hermoso
libro; y uno de Deleuze, de clases sobre la Ética de Spinoza, toooooodo
subrayado. Eso es lo que ahora recuerdo… y uno de Juana de Ibarburu, un libro
que tengo desde los 12 años, Las lenguas
de diamante. Y estoy segura de que se me va a ocurrir buscar algún otro y
no lo voy a encontrar. Grrrrrrrrrrr…
Páginas
“Toda pregnancia de uno mismo se gesta en el relacionamiento con el otro.”
J.L. Brea
J.L. Brea
La estructura del proyecto se basa en la idea de la autobiografía. Un archivo diario de eventos fugaces y efímeros, actos cotidianos, relaciones que se forman a partir de fotografías y textos. El individuo necesita el reconocimiento de su diferencia frente a la intención masificadora de la sociedad contemporánea, y es conciente de su existencia a partir de la relación con su entorno, con la comunidad de la que forma parte. La interioridad, la privacidad y la intimidad se exponen en el espacio de lo público.
El autorretrato se forma a partir de mi relación con el otro, partiendo de la base de que mi identidad se construye interactuando con ese otro y con la esfera de lo social. La obra, siempre en proceso, se convierte en un work in progress, en una obra abierta e inacabada, que se continuará creando con la acumulación de registros y comentarios de los distintos sujetos de las comunidades de Internet.
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