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Sophie Call. Leviatán. Paul Auster. Pero sigo pensando en Damien Hirst.
"La exposición La muerte de Dios, hacia un mejor entendimiento de
la vida sin Dios a bordo de la nave de los locos consiste en 28
esculturas y pinturas realizadas ex profeso para ser exhibidas en la ciudad de
México, según el propio artista británico. A través de obras como “La ira de
Dios (el terror es belleza)”, un pequeño tiburón conservado en una pecera con
formol; “Ave María llena eres de gracia”, un cordero despellejado en posición
de rezo y con una biblia entre sus pezuñas delanteras; “Dios sabe por qué”,
corderos abiertos en canal y crucificados de cabeza; y “El sagrado corazón de
Jesús”, un corazón de toro con decenas de agujas, escalpelos y navajas de
afeitar clavadas, Damien Hirst transmite, con una intencionalidad más allá de
sólo querer pasar como un “maestro del escándalo”, su concepción de la
aniquilación de los absolutos ideológicos y doctrinarios: “Las ideas mueren, y
para bien o para mal son remplazadas por otras. Pienso que casi todas las
concepciones de Dios nacen del sentimiento colectivo de un complejo paterno
universal y que superarlo bien podría beneficiarnos”.
Hirst, como buen ateo, siente una preocupación interna y estética por lo
divino y sus resultantes dogmáticas. En el existencialismo de Damien, no
obstante a ser plasmado de manera tan descarnada, puede advertirse cierto dolor
ante el vacío intrínseco al ser humano. La trascendencia espiritual, la vida
más allá de la corpóreo, todas esas promesas religiosas para después de la
muerte están encapsuladas en vitrinas de cristal, y el pesimismo de la finitud
humana materializado en el referente crístico por excelencia: el cordero,
animale muerto y “desnudo” que expone su más recóndita corporalidad para
escupirnos a la cara la imposibilidad de la vida eterna; la más grande promesa
del cristianismo queda subvertida, abierta en canal y expuesta ante los ojos de
todos como la imposibilidad total.
“Dios ha muerto (confirma Damien Hirst), o en el mejor de los casos está
sufriendo una crisis de identidad, y me parece que ello sería una buena
explicación de mucha de la mierda que ocurre en el mundo actualmente. Nacemos de
la tierra y volveremos a la tierra. ¿Qué podría ser superior a eso?”*" Enrique Montañez, http://96gradosbucareli.blogspot.com/2010/10/damien-hirst-la-muerte-de-dios-y-la.html
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Belcha me llamó que no podía venir, así que seguí
pintando. El retrato de Tere está creciendo. De noche fui a lo de Anabel,
estamos desmenuzando la imagen-tiempo.