Estuve limpiando archivos, borré miles de versiones
viejas de textos ya corregidos y retomé –por fin- el texto que estaba
escribiendo, Dolores, aunque todavía
no sé como se va a llamar. No termino de organizar mi vida ni mis tiempos. Voy
a la chacra, que supuestamente es un lugar tranquilo, en el que podría
concentrarme, pero siempre tengo algo que hacer. La idea de estar en la chacra
todas las semanas no es solamente por los talleres ni por tener un lugar donde
aislarme lo suficiente como para trabajar tranquila. También quiero ir a ver a
mi madre, que ya tiene 86 años y quiero hacerme un tiempo para disfrutarla.
De tardecita salí para Maldonado, me tomé un ómnibus a
las 7:30, llegué 9:30 y Ele me fue a buscar a la terminal y fuimos a cenar a lo
de Enrique y Beti. También estaban Marcelo y Daniela, y Mam.
Como llegué muy tarde, me quedé a dormir en lo de mi
madre, pensé que mi casa debía estar fría, después de estar cerrada una semana.
Joaquín me mandó un mensaje para decirme que no tenía libre el viernes ni el
sábado. Creo que es demasiado informal.
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