Calor. Parece que se acercara Melancholia, el planeta azul, como en la peli de Lars Von Trier. Demasiado calor, 34°. Faltaba el aire, las gotas de transpiración me corrían por la cara, por el cuerpo apenas me movía o pensaba en algo. Para no transpirar tenía que estar en relax total, mente en blanco, sin ningún estímulo. Después escuché en la tele que en Buenos Aires la sensación térmica era de 50°. Horror.
Me
imagino a la gente derretida, como las velas cuando arden y van perdiendo la
forma. Las calles derretidas y pegajosas, chicles negros, calientes, apestosos
a calle, escupitajos, caca de perro, basura revenida. Aire espeso y maloliente.
Llegaron los amigos de Sofi, Andreas y Sandra, Ju hizo un
asado que quedó super super super.
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